Después de 9 años se incrementa a 180 ejemplares la manada, a partir de 20 hembras y tres machos; interactúa con el perrito de la pradera y otras especies en el Rancho El Uno, dentro de la Reserva de la Biósfera de Janos
El bisonte americano ha encontrado en el Noroeste de Chihuahua un hábitat idóneo para su reproducción y conservación, en el Rancho El Uno, dentro de la Reserva de la Biósfera de Janos.
La impresionante estampa de un macho alfa con altura a la cruz o joroba, de 1.70 metros, espeso pelaje y gran cornamenta, sobresale en la actual manada de 180 individuos, a nueve años de que ahí se recibieron en donación 20 hembras y tres machos.
Especie amenazada por la extinción ante la incomprensión de su importancia para airear y fertilizar los suelos agrícolas, y evitar el agotamiento de pastizales, interactúa ahora con el perrito de la pradera, el aguililla real (que viaja desde Argentina), el halcón aplomado, gorriones, reptiles y víboras, entre otros animales.
En el marco de los festejos del 301 Aniversario de la Fundación de Janos, las puertas de la Reserva, que permanecen cerradas al público en general por medidas de conservación, se abrieron a un grupo de ecologistas, escritores, investigadores y comunicadores.
Durante el recorrido a bordo de vehículos, entre los mezquites y las plantas de gobernadora surgió la imponente figura de un macho dominante.
El resto de la manada calculada en 180 ejemplares, incluyendo las crías, pasta a corta distancia en línea horizontal, en una formación apropiada para integrar un círculo y proteger a los más débiles ante cualquier amenaza.
Albino Parra Herrera, impulsor de la reserva desde sus inicios en el 2003, explicó que El Uno, abarca un potrero libre de mil 600 hectáreas, dentro de una biósfera de 640 mil hectáreas, extensión equivalente a casi todo el municipio de Janos.
Antes de la construcción del muro fronterizo entre México y Estados Unidos, un hato de aproximadamente 150 a 200 animales, cruzaba por los ranchos El Berrendo y Las Palmas.
Después de la construcción de la valla en 2009, la autoridad mexicana acordó un esquema con el gobierno americano, para la donación de 20 hembras y tres machos, con la finalidad de recuperar esta especie en peligro de extinción.
De acuerdo con Parra Herrera, en un inicio los bisontes tuvieron dificultades para adaptarse al clima de Chihuahua, con inviernos y veranos extremosos, pero lo lograron. En 2011 se trajeron nueve hembras más y actualmente en la manada hay cerca de 180 ejemplares.
A diferencia del ganado vacuno, el bisonte digiere mejor el forraje alto en fibra y bajo en proteínas, y requiere de menor cantidad de agua para sobrevivir.
De acuerdo con una ficha de identificación de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas, el bisonte es una especie clave, porque ayuda a mantener la diversidad del ecosistema, tanto cuando dispersa semillas y nutrientes a través de las heces y orina, como cuando forma revolcaderos, pisotea los suelos y se rasca contra los árboles o arbustos.
Incluso ayuda a moldear procesos hidrológicos, ya que al caminar, sus pezuñas abren pequeñas oquedades en el suelo, en donde se depositan agua y semillas, en cuya fertilización influye también el excremento del bisonte.
Además de la Reserva de Janos, en Chihuahua se pueden ver ejemplares de bisonte en el Criadero Militar de Ganado de Santa Gertrudis, en el municipio de Saucillo; y en el Rancho Los Encinos rumbo a Ciudad Juárez, aunque éstos tienen apenas una o dos cabezas.
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