La electricidad y las bombas para sacar el agua dejaron de funcionar, por lo que salir de la cueva pasó a ser algo imperativo, cuenta el último buzo en dejar la cueva en Tailandia tras el rescate de los 12 niños y su entrenador.
Las cinco últimas personas rescatadas acababan de ser extraídas, el martes por la noche, cuando de repente se escuchó un grito desde el lugar más delicado del recorrido de salida, una galería tubular en donde había que pasarhaciendo contorsiones con el cuerpo.
El australiano que supervisaba el paso se puso a gritar diciendo que la bomba de agua había dejado de funcionar. Si no se bombeaba el agua en ese lugar sólo se podía salir con un tanque de oxígeno". Chaiyananta Peeranarong, de 60 años, ex comando de la Armada tailandesa
Los últimos buzos se "precipitaron" para pasar por ese lugar en 'T', una pesadilla por lo estrecho.
Chaiyananta dejó pasar a sus colegas y salió último. Apenas tuvo tiempo de pasar antes de que el lugar quedara totalmente sumergido.
El agua ya llegaba a la cabeza, casi al punto en que se necesitaba un tanque de oxígeno".
El ex comando tailandés explicó que la prioridad del equipo internacional de expertos del que formaba parte era asegurarse que los niños no entraran en pánico.
Es por ello que algunos fueron sedados y dormidos como lo muestra un video impresionante publicado el miércoles por la noche por la célula de crisis.
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