viernes, 9 de noviembre de 2018

La historia de las 13 personas varadas en el Cañón del Pegüis



Crucial intervención de las autoridades en el rescate
“Siempre hubo gente que estuvo al pendiente, las autoridades siempre estuvieron al tanto de nosotros, nos brindaron apoyo en todo momento hasta que concluyeron las labores de rescate”, expresó Laura García, una de las 13 personas que en un principio fueron reportadas como ausentes, sin embargo, se encontraban varadas en el Cañón del Pegüis.
El domingo 04 de noviembre, un equipo de deporte extremo denominado “Águilas Negras”, salió de la ciudad de Chihuahua con rumbo a Ojinaga con la intención de recorrer en balsas el Cañón del Pegüis; pero no pudieron lograrlo ya que al llegar ahí se percataron de que el río traía más corriente de lo normal y podría ser peligroso.
“Todo estaba bien, rentamos una camioneta Van, nos juntamos en mi casa y salimos; realmente normal, llegamos ahí y nos tocó empezar el río, balseamos bien, pero el agua traía más corriente de la que comúnmente nos ha tocado cuando hemos ido en otras ocasiones, pasamos los primeros rápidos, pero justo en El Salto las cosas se complicaron”.
De acuerdo con lo narrado por Laura, El Salto es un derrumbe muy grande que siempre ha existido y no hay forma de cruzarlo más que subiendo y luego volviendo a bajar.
“Bajamos, pero no existía ese punto, había muchas piedras nuevas, entonces vimos que más adelante había, por así decirlo, otros derrumbes, no había manera segura de poder descender y trasportarnos al otro lado, entonces tuvimos que analizar la situación”.
Cruzar sería demasiado difícil, la velocidad era mucha, había bastantes remolinos, la corriente era bastante fuerte y el temor de ellos era que alguien se cayera o que tuvieran un accidente.
“Lo único que nos preocupaba era avisar que estábamos bien, por ello nos quedamos en un tramo antes, se podría decir que es como una “islita” pero en realidad es como una orilla del cañón, entonces acordamos que tres de nosotros remaríamos del lado contrario para ir enfrente porque ahí hay una vereda que lleva hacía arriba, balseamos muy rápido para que no nos llevara la corriente y finalmente pudimos cruzar el camino; llegamos y subimos el paredón para ver sí teníamos señal, pero no tuvimos éxito”.
La noche cayó y las tres personas que habían ido en busca de señal teléfonica no pudieron contactarse con ningún familiar ni con el chofer de la camioneta quien los estaría esperando desde las siete de la tarde, así que lo más seguro en ese momento fue regresar con el grupo y quedarse ahí hasta el amanecer.
“Cuando nosotros volvimos los demás ya tenían puesta una fogata, ahí permanecimos toda la noche, hacía bastante frío, vestíamos short, manga corta, zapatos para el agua, pero bueno, al menos traíamos comida suficiente y bebidas rehidratantes”, narra Laura.
Al otro día, tenían la esperanza de que ya podrían avanzar, sin embargo, al despertar se percataron de que el río traía abundante más agua y venía más rápido.
“Cruzar el río sería imposible, así que empezamos a seguir unas flechas que nos guiaban, subimos por un camino que pasaba justo enseguida del paredón derecho, originalmente fuimos tres para tratar de buscar señal a un lugar más alto, estuvimos 40 minutos y por fin pudimos hacer una llamada”.
Lo primero que ellos hicieron fue contactarse al número de emergencias, 911, en un principio fue complicado pues las condiciones no permitían que se escuchara bien, entonces tuvieron que moverse hasta que pudieron concretar otra llamada.
“En el 911, nos contestaron muy bien, les dijimos: “oye, estamos aquí en el Pegüis, estamos varados”, me preguntaron mi nombre, cuántas personas éramos, (hombres y mujeres), y ellos nos dijeron que ya nos buscaban”.
Las autoridades siempre estuvieron al tanto del caso; en un principio se había creído que estas 13 personas se encontraban desaparecidas por lo que intervino la Unidad de Personas Ausentes y/o Extraviadas de la Fiscalía de Distrito Zona Centro, al recibir esta llamada, se les informó que ya se habían comunicado y que todos y todas estaban bien, lo que le dio tranquilidad a quienes habían acudido ante el Ministerio Público.
“Les dijimos que estábamos completos, simplemente ya no había camino, ellos nos dijeron que les estuviéramos marcando cada 15 minutos, pero obviamente no pudimos; logramos hablarles una vez más”.
El saber que estaban bien, dio tranquilidad a todos aquellos quienes estaban angustiados por el paradero de estos deportistas y desde ese momento se comenzaron a efectuar las labores de rescate.
“Al avisar que estábamos en perfectas condiciones, bajamos y les dijimos a los “chavos” que por allá había un camino, que alistaran sus cosas y que se pusieran listos para subir”.
La caminata inició desde las 10:00 de la mañana, la vereda estaba bastante empinada lo que hizo el trayecto más difícil.
“Al emprender había una víbora de cascabel y para no correr riesgo la tuvimos que matar. Todos subimos con mochila, chaleco y casco puestos para no andar cargando, algunos traían las balsas y otros los remos; caminamos como unas tres horas, hasta que logramos llegar a la primera parte del paredón”.
Cansados, decidieron descansar un rato y fue ahí cuando hicieron señales a los rescatistas.
“Cuando llegamos a la parte de arriba ellos no dijeron que estaban en el Mirador y nosotros enfrente, así que sacamos una manta de supervivencia y con esa empezamos a hacer movimientos para que cuando el sol se reflejara nos ubicaran”.
Al momento de ser localizados, se les dio la instrucción de no moverse, sin embargo, estaban muy en la orilla por lo que caminaron un poco más.
“Luego de un rato, recibí una llamada en la que me informaron que tenían planeado mandar un helicóptero, me preguntaron si en el lugar se podía aterrizar y nos pidieron las coordenadas, lo cual fue difícil pues no había señal”.
Para poder aterrizar se necesitaba un espacio mínimo de 10 por 10 metros y la zona en la que ellos se encontraban no era la adecuada, así que luego de un receso buscaron otro sitio, quitaron algunos arbustos y piedras para que el helicóptero pudiera bajar.
“Una de las “chavas” pudo agarrar un poco de señal y pudimos enviar las coordenadas por mensaje de texto, después de un rato nos avisaron que entre 40, 45, minutos teníamos que tener listo el lugar, así que comenzamos a desarmar los remos, acomodar las mochilas y seguir tirando arbustos, terminamos justo a tiempo cuando de pronto llegó el helicóptero”.
Los primeros en ser trasladados fueron los dos menores y el adulto mayor, luego los demás en grupos de tres en tres.
“Nos cruzaron al Mirador, en menos de media hora ya nos encontrábamos todos a salvo, al llegar había mucha gente, inmediatamente nos tomaron signos vitales, y nos rehidrataron, luego vinieron las fotos, los abrazos y los agradecimientos ya todos sabían perfectamente quienes éramos, estaban todas las corporaciones, había mucha gente”.
El operativo tierra – aire fue encabezado por la Fiscalía de Distrito Zona Centro, Protección Civil del Estado, Bomberos, Cruz Roja, SEDENA, Policía Municipal de Ojinaga, Coyame del Sotol y Chihuahua.
Al cuestionarle a Laura que les diría a las personas que participaron en el rescate, ella expresó: “gracias, en cuestión de autoridades, rescatistas y todo el equipo, creo que todos estuvieron muy al pendiente, las personas que nos contestaron las llamadas, los del 911, todos; nuestro más sincero agradecimiento; si el helicóptero no hubiera llegado y las autoridades no se hubieran coordinado, yo creo que no estaríamos aquí y todavía estaríamos allá, realmente gracias”, concluyó.

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